UNA CRUDA REALIDAD.- La pobreza en nuestro país, viene siendo un problema de nunca acabar, cientos de autoridades no pueden crear un plan estratégico para terminar con esto.
En este importante tema sobre la pobreza, no podemos dejar de mencionar la tristeza que ocasiona observar en las calles a niños de todas las edades, pero lo más preocupante es ver a niños que a simple vista tienen entre 6 a 9 años, vendiendo caramelos a cualquier transeúnte que se les cruce en su camino. Estos niños que no tiene ni la menor idea de los problemas y de la gente peligrosa y malvada que acechan en este mundo; están acompañados en algunos casos por sus madres, que sin ningún remordimiento exponen a sus criaturas a cualquier tipo de abuso. En su mayoría estas señoras junto a sus retoños pertenecen a la clase marginal o extrema pobreza, que llegan de provincia, quizá en busca de una vida mejor, pero tienen la mala suerte de vivir en su triste realidad.
Otro punto preocupante son las familias que viven en las alturas de los cerros de esta gran ciudad, como en la mayoría de casos son gente que llegó a la capital en busca de mejores oportunidades; se establecen en tierras deshabitadas, convirtiéndose en “Invasores”, quienes muchas veces tienen problemas con las fuerzas del orden para defender dicho terreno.
Otras personas no encontraron mejor lugar para vivir que los cerros, aquellos lugares que hasta hace unas décadas estaban vacios y sorprendían por su soledad; hoy en día la gente de clase más humilde vive allí, pero sobreviven junto a una pobreza que día a día los trata peor. Mucha gente que habita en los cerros o arenales no cuenta con los servicios básicos (agua, luz, desagüe), que toda persona necesita para vivir. Viven en condiciones lamentables y sus pequeñas casas, si se podría llamar así para darle un poco dignidad a esos pocos metros cuadrados, cercados con triplays, cartones o estéras que no resisten las inclemencias del tiempo tales como el frío y cuyos techos que poco a poco se debilitan con la lluvia que logra ingresar al interior de la humilde vivienda.
Esas familias mal constituidas o desintegradas, cuyos hombres del hogar se fueron, abandonando a la mujer y dejando en el desamparo a los hijos; sufren constantemente y son estas madres las que muchas veces salen con sus hijos a las calles a vender unos cuantos caramelos o a pedir limosna con la finalidad de llevarse un pan a la boca o un plato de comida para la mesa de su hogar. Pero lo más lamentable son los casos en los cuales se ve a gente en extrema pobreza, que no tienen ni un centavo en sus bolsillos y no tiene otra opción que recurrir a los basurales y husmear entre los desperdicios buscando algo que comer, tal vez algún tubérculo, una verdura algo podrida para llevársela a sus hogares, lavarlas no perfectamente, quitarles la parte que no sirve y preparar sus alimentos para combatir el horrible hambre.
Estos son algunos casos de la pobreza que se vive en nuestro país desde hace muchos años; así mismo en todo el mundo existe gente muy necesitada, tal es el caso de algunos países africanos, cuyos habitantes mueren a causa de la desnutrición y del hambre.
OSCAR "RAVEN".
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