UN TRISTE AGOSTO DEL 2007

Atras quedaron los gritos, el llanto y la desesperación de la gente y de Wendy; estudiante de comunicaciones, quién a pesar de los tres años que han pasado aun recuerda con mucha nostalgia y melancolía los duros momentos que le tocó vivir el 15 de Agosto de 2007, durante el terrible terremoto que tuvo como saldo 533 muertos y graves daños materiales.

El 15 de Agosto de 2007, Lima recibía el anochecer como un día cualquiera, la noche se anunciaba en las calles de la ciudad y los postes de luz prendían para alumbrar en la penumbra.

Al promediar las 6:30pm el suelo empezó a temblar sin explicación alguna, las cosas y artefactos empezaban a bailar cual salsero en pista de baile. En ese momento en que el terremoto empezaba a azotar la capital, teniendo como origen la ciudad de Pisco. Wendy se encotnraba en su casa, exactamente en su cuarto, echada en su cama mirando el sintonizado programa "Habacilar", sus ojos concentrados en la televisión cambiaron de dirección rapidamente hacia todos lados, y en su mente no existía nada más que una voz interior que le decia que era momento de salir corriendo de su habitación.

En el programa televisivo, el conductor Raúl Romero, trataba de contener la calma y con fuerzas de flaqueza retiró a los famosos "Académicos" del set de forma ordenada, antes de que pudiera ocurrir cualquier tipo de desgracia dentro del canal.

Tenía ella en su sala unas cajas de su computadora que terminaron en el piso por el movimiento telúrico. Sorprendida después de eso salió a toda prisa junto con su hermano mayor a la avenida principal cerca de su casa, mientras su hermana menor se encontraba en el internet cercano del lugar. El miedo y el arrepentimiento de todos sus pecados se apoderaba de la gente reunida en la calle esperándo una bendición de Dios y un milagro del cielo para que la tierra dejara de temblar; el llanto de algunos vecinos era inevitable, cerca a ellos otros rezaban creyendo que el fin del mundo y el juicio final había llegado.

Ni los más indefensos se salvaron de esto; una señora con su bebe en brazos quién lloraba inconsolablemente se le acercó a nuestra protagonista, en tanto el remezón disminuía poco a poco (eso fue un pequeño alivio), pues la tierra empezó a temblar otra vez y ahora con más fuerza castigando la ciudad.

Fue una cosa traumática los momentos de pánico que vivó la ciudad, lo puedo asegurar ya que fui testigo y viví en carne propia ese devastador terremoto. Wendy invadida por la desesperación y el miedo, observaba como las casas vecinas de tres pisos se tambaleaban de un lado a otro y se movían al sonido de los vidrios de las ventas casi a punto de estallar. Cuando ocurría todo eso, los relámpagos iluminaban el oscuro cielo limeño de un agosto frío y triste. La luz eléctrica no resistió más y el alumbrado público desapareció, dejándo a oscuras a la gran parte de Lima.

No existía duda alguna, el fin del mundo anunciaba su llegada y la gente se resignaba a cualquier desgracia que pudiera ocurrir. La gente, sentada en la vereda contmeplaba como el terremoto disminuía, pero aun se sentían las réplicas espantosas.

Poco después Wendy mira con alegría llegar a su mamá y corre a abrazarla, buscando protección en sus brazos; la señora durante el camino a su casa contaba los minutos para poder ver y estar al lado de sus hijos.

Erán aproximadamente las 8pm y el suelo dejaba de temblar, al parecer Dios se apiadó de la gente y escuchó sus oraciones; era obvio que no era el fin mundo, a esa hora Wendy, su madre y sus hermanos ingresaban a su hogar aun con el miedo en sus cuerpos, los nervios de punta y las piernas temblantes.

Acabó la pesadilla, que dejó lamentablemente gran cantidad de víctimas (533 personas) y cuantiosos daños materiales, esta es la historia de nuestra amiga wendy,que nos contó su experiencia en aquel terremoto. Todos tienen una experiencia distinta, y yo también tengo mi propia experiencia.

OSCAR "RAVEN".