¿VIVIR O MORIR?

Para muchas personas sacar los pies del plato o tirar una canita al aire puede ser muy normal, pero para otras y sobre todo en los países islámicos, tales como Irán y algunos del Medio Oriente este delito es condenado con la pena de muerte.

Este es el caso de Sakineh Mohammadi Ashtiano; una mujer Iraní que fue encontrada culpable por cometer adulterio en el año 2006. En ese año se le acusó de serle infiel a su esposo, por lo cual su castigo seria la pena capital; es decir moriría lapidada.

Este caso ha conmocionado a todo el mundo, ya que es una medida muy drástica y radical. Con esto, muchos países, ONGs y personajes mundiales se han pronunciado condenando esa sentencia.

Países como Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, entre otros levantaron su voz de protesta pidiendo que no se le quite la vida a Sakineh.

Debido a las protestas en contra del gobierno iraní, a la acusada se le cambió la pena de morir lapidada, por la horca.

¿La voz del mundo puede contra las creencias islámicas?

En países del Medio Oriente su creencia por “El Corán” y admiración por “Alá”; hacen que se realicen este tipo de castigos, que para ellos corresponde un castigo justo y ejemplar por haber faltado a las leyes de su religión.

AÚN SIGUE CON VIDA.- Según se informó, el miércoles último era la fecha para la ejecución de la acusada; sin embargo dicho acto no llegó a realizarse. Además se comunicó que ella se encuentra en perfecto estado de salud y se halla en la prisión de Tabriz (Norte de Irán).

El presidente del Parlamento Europeo (PE), Jerzy Buzek, dijo que el aplazamiento de la ejecución de Ashtianí es muestra de que se está dando “paso en la dirección correcta” en ese caso; es decir que las autoridades están recapacitando un poco para no quitarle la vida a la mujer y optar por mantenerla en prisión.

Este es un caso que nos llama a la reflexión a todos, porque está en juego la vida de un ser humano que tiene derecho a vivir sin tener que juzgársele radicalmente y asesinarla a plena vista de todo el mundo y sin hacer caso a las voces de protesta contra este castigo.

Como se sabe por el momento Ashtianí sigue con vida, aún puede abrir los ojos por las mañanas y respirar, viviendo angustiadamente a la espera de que llegue el día de su ejecución para que termine su pesadilla.

OSCAR “RAVEN”.